jueves, 20 de junio de 2013

Copa Confederaciones. ESPAÑA, 10 - TAHITÍ, 0

España golea a medio gas

La selección española está virtualmente en semifinales de la Copa de las Confederaciones, tras plasmar la abismal diferencia de calidad con Tahití en la mayor goleada de la historia de la competición

Copa Confederaciones Grupo B

España

  1. España10

Tahití

  1. Tahití0

ALINEACIONES

  • España Reina; Azpilicueta, Sergio Ramos (Navas, m.46), Raúl Albiol, Monreal; Javi Martínez, Cazorla (Iniesta, m.76); Silva, Mata (Cesc, m.69), Villa; y Fernando Torres
  • Tahití Roche; Aitamai, Jonathan Tehau, Nicolas Vallar, Ludivion, Lemaire (Vero, m.74); Caroine, Bourebare, Vahirua, Alvin Tehau; y Chong Hue (Lorenzo Tehau, m.69)

GOLES

  • 1-0, m.5: Torres. 2-0, m.31: Silva. 3-0, m.33: Torres. 4-0, m.39: Villa. 5-0, m.48: Villa. 6-0, m.57: Torres. 7-0, m.64: Villa. 8-0, m.66: Mata. 9-0, m.78: Torres. 10-0, m.89: Silva




El nivel de España, campeona del mundo y de Europa, dependería de la motivación de los jugadores y de su hambre de mejorar sus números como internacionales. Para hacer partícipes a todos, Vicente del Bosque cambió por completo la cara del equipo titular. Tan sólo Sergio Ramos repetía y por obligación. Avisó tanto España en la víspera de que el respeto a Tahití lo mostraría compitiendo y sin levantar el pie, que al final comenzó haciéndolo inconscientemente. Era un duelo de profesionales contra aficionados. Tanta distancia entre dos selecciones, que la grada se lo tomó a broma. Abucheó a los españoles de salida y se volcó con la selección oceánica, la 'cenicienta' del torneo.
Después de 63 años, la Roja regresaba a Maracaná. Los jugadores con emoción de jugar en un escenario con tanta historia. Soñando con volver a hacerlo con la final deseada ante Brasil. Comenzaron con precipitación, alejándose de su estilo al sentirse tan superiores que abusaron por momentos del juego directo. Condujo a la precipitación.
Fernando Torres abrió el marcador a los cinco minutos, tras combinar con Mata y engañar al portero para superarle por su palo, pero pasaron 26 minutos hasta que llegó el segundo. La imagen siempre está en juego y España no se podía permitir ir al descanso con muestras de dejadez. Falto de velocidad en el toque y desmarque. La movilidad de Cazorla, Silva y Mata comenzó a dar resultado según fue apareciendo el cansancio en el rival. La falta de calidad de Tahití fue comiendo terreno a su ilusión y los goles se fueron sucediendo. Se había protegido con defensa de cinco. De nada serviría cuando los defensas no veían los desmarques.
Villa y Torres querían goles que ensanchasen su leyenda en la Roja. No debían ser egoístas. El tiempo les daría sus ocasiones. Torres se ganó la recriminación del 'Guaje' cuando fue individualista a los diez minutos. Desde entonces le buscó. Tahití tenía más posesión que Uruguay en el debut. No lo podían permitir. Bastó un grito de Del Bosque para la reacción. Villa vio el pase al espacio de Silva que colocó con la zurda el disparo pegado al palo para marcar el segundo. En ocho minutos la Roja marcó cuatro goles para cambiar el panorama al descanso.
Torres encontró espacios para exhibir su fútbol. Picó el balón a la salida del espacio y marcó a puerta vacía el tercero. Villa lograba el cuarto a placer tras pase de Silva. Y al borde del descanso llegaba el único disparo a puerta de Tahití. No fue ni intencionado. Un centro de Aitamai se envenenó y lo detuvo Reina.
La entrada en escena de Jesús Navas aumentaría la tensión competitiva en la segunda parte. España jugó como quiso ante un rival para el que sólo estar en la Copa de las Confederaciones ya es un motivo de fiesta. Los goles fueron enlazándose. Villa a pase de Monreal. Torres a servicio de Navas. España mostraba su respeto al torneo al no bajar el pistón. Villa encontraba un regalo del portero para hacer el séptimo. A Roche se le escapó el esférico en su salida y dejó al 'Guaje' marcar a puerta vacía. El octavo lo recibió de Mata. Pero de nada le importaban los goles recibidos, celebró como victorias el fallo de un penalti de Torres, que chutó al travesaño, y una buena parada a falta de Villa.
Del Bosque tuvo un gesto con Iniesta. El genio del fútbol español no se podía ir de Maracaná sin jugar. La afición brasileña le recibió en pie. Un reconocimiento a su bello fútbol y a la selección española. Era el broche del partido. España dejaba su nombre inscrito en la historia al firmar la máxima goleada en el mítico estadio y de la Copa de las Confederaciones. Torres marcaba el noveno y Silva cerraba el festival.

No hay comentarios:

Publicar un comentario