Ayer fue un día muy importante para el Barça, para todo el barcelonismo, un día muy especial, no solo porque el equipo se llevo un nuevo trofeo al ya repleto museo, si no porque la despedida oficial de Pep Guardiola deja un vacío y una incertidumbre.
Alegría por el nuevo trofeo, y tristeza por la despedida. Un trofeo que cierra un gran ciclo, un ciclo que será difícil de superar e incluso de igualar.
La vida continua, nuestro Barça seguirá adelante y después de ver el comportamiento del equipo en el encuentro de ayer, no tengo la más mínima duda de que seguirá dando muchas alegrías. Llega la hora de Tito Vilanova, personalmente confió en las continuidades, sobre todo cuando las cosas se han hecho bien. Y en este club, lo conseguido en los últimos cuatro años no es para nuevas aventuras.
Continuidad con una misma idea y con nuevos bríos, esa es la clave para que el Barça mantenga la hegemonía en el fútbol mundial.
Felicidades a todos visca el Barça
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