El Barça más espeso ensaya la
remontada con el Sevilla
Un Barça resacoso tras el fiasco en Milán tuvo que
remontar al Sevilla para mantener el pulso en la Liga. Villa y Messi le dieron
la vuelta al gol de Botía
Para los aficionados más jóvenes, acostumbrados a ver
a un Barça siempre conectado y casi siempre ganador, resultó un partido
extraño, casi inédito en esta etapa. Para los que ya peinan algunas canas, el
primer tiempo fue un desagradable 'vintage', que se dice ahora, de épocas
pretéritas, cuando el equipo se atascaba a media temporada y se perdían los
títulos.
Por suerte, los tiempos han cambiado, aunque los
temores siguen instalados de cara al partido de la Copa frente al Real Madrid y
de la Champions contra el Milan, dos compromisos mayúsculos.
Fue un Barça tieso por el frío, resacoso por el
revolcón de San Siro ante el Milan y pendiente del duelo frente al Real Madrid
en la Copa. Jugó con el mismo despiste y las pocas ideas que mostró en Milan.
El 2-0 ha dejado tocado al equipo y lo que está por evaluar es hasta qué punto
esto tendrá consecuencias de cara a los compromisos de los próximos días.
Jordi Roura había realizado unas cuantas rotaciones,
reservando a Puyol, Cesc, Xavi, Pedro y Alba de cara al próximo clásico. Alexis
y Villa, que regresaba tras superar el cólico nefrítico, se encargaron de
acompañar a Messi en el ataque. Montoya ocupó el lateral y Thiago el mediocampo.
Todo esto no tenía que resultar un problema, menos aún
frente a un Sevilla también pendiente de su eliminatoria de la Copa contra el
Atlético. Pero el Barça perdió la pólvora en Milán y tradó en encontrarla. Es
cierto que esta vez disparó infinitamente más veces que en San Siro, cuando
probó suerte en dos ocasiones; pero siguió con la mira desviada.
Messi, que goleó por décimo quinta ocasión
consecutiva, buscó y buscó el gol hasta encontrarlo. En el primer tiempo lanzó
un par de faltas directas a las nubes y a la barrera, y lanzó un trallazo a los
22 minutos que Beto envió a córner con una buena intervención.
Esa jugada pudo significar el 1-0, pero la realidad es
que durante esos primeros cuarenta y cinco minutos, el equipo no carburó como
conjunto ni el argentino estuvo afinado. Fue el Sevilla quien aprovechó al
máximo su ocasión cuando Botía conectó un centro de Koke y consiguió el 0-1
cabeceando en el área blaugrana. Quedaban tres minutos para el descanso y el
Barça demostraba que sigue sufriendo el mismo déficit. Le cuesta un mundo
mantener su portería a cero.
TELLO PARA REACCIONAR, XAVI Y BUSI PARA CONTROLAR
Jordi Roura aprovechó el descanso para sentar a
Alexis, poco inspirado y con molestías físicas, e incorporar a Tello, siempre
revulsivo. El cambio permitió, además, que Villa se incorporara al eje del
ataque, por delante de Messi, y el resultado fue casi inmediato pues el
asturiano igualaba el marcador siete minutos después.
Fue en una jugada de cazagoles. Piqué abrió a la banda
para Alves quien apuró la banda y centró al área para que David remachara de
cabeza. Villa se reivindicaba como ariete y el Camp Nou celebraba el tanto de
uno de sus hijos predilectos.
Siete minutos después llegaba el fogonazo de Messi,
siempre fiel a la cita con el gol. Tras uno de sus caracoleos, Tello asistió al
astro rosarino que, esta vez no perdonó a Beto. Ya son quince jornadas
consecutivas marcando en la Liga.
Ya con el marcador a favor, consciente de que el
equipo no era capaz de controlar el partido, Roura incorporó a Xavi primero y a
Busquets después. Tampoco así consiguió evitar el Barça las llegadas del
Sevilla, que por medio de Del Moral (71') y sobre todo de Negredo, tuvo la
ocasión de empatar de nuevo el marcador.
El Barça respondía con algunas llegadas al área de
Beto que no sabía aprovechar, pero era incapaz de imponer la pausa al juego y
obligar al Sevilla a que el balón se jugara en su campo.
Así, mirando la hora, sumó el Barça los tres puntos
que le permiten mantener a distancia al Atlético y al Real Madrid en la Liga
mientras se rearma para la Copa y la Champions. Sin embargo, las sensaciones
que dejó el equipo no fueron las mejores. Supo competir pero demostró que aún
le pesa la resaca.
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